Las colecciones crucero.

Si les preguntamos a nuestras madres nos cuentan que ellas cambiaban la ropa del armario dos veces al año, primavera-verano y otoño-invierno.

Pero una servidora no ha crecido en ese ritmo estacional.

No. Yo he crecido entre vestidos de Zara, camisetas de H&M y blazers de Massimo Dutti… Es decir, Fast fashion. Renovación de prendas a un ritmo incesante, ya sea en primavera, verano, otoño o invierno.

A lo que vamos...

Desde hace unos años nos llegan, sobre todo desde las casas de moda más importantes como Chanel, Dior…, las presentaciones de las colecciones pre-temporada conocidas como las “Colecciones Crucero”. Las atrevidísimas tienen desfile propio como si de prét-á-porter se tratara, tanto en Paris, como Nueva York o Milán.

Estas colecciones nacieron en Estados Unidos donde se las conoce como Resort Collection.

Se crearon para satisfacer las necesidades de las mujeres ricas que pasaban la época de invierno en lugares más cálidos huyendo del frío, se lo tomaban como unas largas vacaciones, normal… destino? Las Bahamas, el Caribe…, y para ello necesitaban tener a mano modelitos acordes, que no tuvieran nada que ver con la ya desfasada colección del verano anterior.

Las firmas, con afanes recaudatorios, aprovechan para lanzar prendas de líneas básicas, más económicas y que podremos mezclar con las prendas de nueva temporada.

De hecho las casas reducen las prendas de las principales colecciones para poder sumar más prendas a estas, cada vez más rentables, colecciones, para que el goteo de prendas sea constante y no se quede por el camino ninguna de las tendencias que andan moviéndose por la periferia de la actualidad.

Y las últimas en sumarse han sido nuestras queridas tiendas Low Cost. No creo que sea la única en encontrarme en pleno agosto, y mientras todavía colean las últimas prendas de rebajas, una espectacular parka con pelito en la capucha y con un forro que parece sacado de la campiña francesa..

¡Exacto! Nos plantean una línea de entretiempo que enlaza el invierno con verano, o viceversa, con prendas ni muy frescas ni muy cálidas continuando las directrices marcadas en el invierno y adelantando un poco las venideras, para que no perdamos el ritmo de la compra y nos sintamos desfasados sin estar siquiera aún de temporada.

Así que, afortunada y desafortunadamente, nos pasamos los doce meses con el ojo puesto en las tiendas....